Según informa el Observatorio de la Coyuntura Económica de la UCU, la deuda neta bajó un 1% del PIB y finalizó el año en 47, 2% del producto, mientras que la bruta figuró un 71,5%. La brecha entre ambas se explica por “la existencia de activos del sector público, tanto con no residentes como con residentes, tras restar los pasivos contingentes asociados a los encajes bancarios”.
Ahora bien, ¿Qué se espera para este año? El presente informe explica que debido al registro de un crecimiento de la economía próximo al 5% como mencionamos en novedades anteriores, la interacción entre la deuda neta y el PIB superará de forma no significativa el valor del año pasado.